Mi historia es un poco peculiar, ya que es el claro ejemplo que los sueños se cumplen. Siempre quise tener un carro, en especial una camioneta, hoy por hoy con el presupuesto que tengo en mi actual trabajo es difícil poder acceder a uno, pero le comenté a mi madre sobre una idea, la cual sería beneficiosa no sólo para mí sino para la empresa en la que trabajo, y para la concesionaria Ambacar de igual manera: soy jefe de recursos humanos en una compañía de correspondencia GLOBAL COURIER, ubicada en el edificio el bucanero a lado de la concesionaria Ambacar; mi madre la dueña de la compañía me planteó un día cualquiera que fuera a cotizar el costo de un vehículo, para uso de la empresa y uso personal, vi a lo alto una furgoneta negra y dije: ¡Ese será mi carro! y se logró adquirir la furgoneta Shineray X30 en color plateado. Hoy por hoy se le sigue dando mantenimiento en Ambacar. Me siento muy feliz con mí carro y con él he viajado por casi todo el país.
Mi historia es un poco peculiar, ya que es el claro ejemplo que los sueños se cumplen. Siempre quise tener un carro, en especial una camioneta, hoy por hoy con el presupuesto que tengo en mi actual trabajo es difícil poder acceder a uno, pero le comenté a mi madre sobre una idea, la cual sería beneficiosa no sólo para mí sino para la empresa en la que trabajo, y para la concesionaria Ambacar de igual manera: soy jefe de recursos humanos en una compañía de correspondencia GLOBAL COURIER, ubicada en el edificio el bucanero a lado de la concesionaria Ambacar; mi madre la dueña de la compañía me planteó un día cualquiera que fuera a cotizar el costo de un vehículo, para uso de la empresa y uso personal, vi a lo alto una furgoneta negra y dije: ¡Ese será mi carro! y se logró adquirir la furgoneta Shineray X30 en color plateado. Hoy por hoy se le sigue dando mantenimiento en Ambacar. Me siento muy feliz con mí carro y con él he viajado por casi todo el país.
Rafael Arturo Valdez Páez